La verdad es que todo necesita su proceso y sabemos todos que las cosas de palacio van despacio. Aunque sabemos también que la vida pasa o pasa la vida como cantaban Raimundo Amador y Pata Negra.
‘Pasa la vida, tus ilusiones y tus viejos sueños, todo se olvida...’
Cuantificar cuántas personas usan como vivienda una autocaravana es una auténtica tontearía.
Encargar el proyecto a un grupo de científicos para que una investigación acabe en un número x es como volver a visionar la final del Mundial de Sudáfrica. Todos sabemos que el partido lo ganó España ¿No existe español alguno a quien contarle el gol de Iniesta?
Basta con bajar a la arena, salir a la calle, escuchar o darse un paseo por la inmobiliarias; saldría más barato.
Desde una cómoda butaca y con un sueldo que ciega el problema que, de solucionarse se restaría de la lista, cosa la cual no le conviene porque lo interesante para el gestor es que existan problemas, cuantos más mejor ¿De qué trabajaría un médico si se descubriera el medicamento que todo lo cura?
Es así que vamos a empezar por el principio ¿Cuánta gente tiene como única solución habitacional una caravana o autocaravana? Según la conclusión a la que lleguen los encargados de estudiar el caso, se darán cuenta de que existe un enorme y grave inconveniente para que se cumpla el Art. 47 de nuestra Constitución.
Eso que se escucha a gritos de que los alquileres están por las nubes, que es imposible para una familia, incluso empleados ambos conyugues ,acceder a una vivienda; eso son cantos de sirena para ellos, han de estudiarlo primero sabiendo cuántos son los habitantes de la Reserva que habitan en caravanas y después preguntarles si están a gusto.
Claro que, para algunos, siempre quedará la solución de echarle la culpa al inmigrante que copa la Sanidad, cobra 2.000€/mes sólo por ser emigrante y ahora ocupa nuestras viviendas hacinándose todos en una pequeña habitación en la que sólo les falta dormir de pie.
Del turismo de élite mejor nos olvidamos, esos traen riqueza, aunque nadie sabe a ciencia cierta dónde la dejan. Quizás en la isla del Rey a la que deberíamos empezar a llamar ‘la isla del tesoro’.
¿Por qué no se estudia con nuestros fondos cuántos extranjeros o no extranjeros pasan más de dos días al año en sus viviendas adquiridas para dar sentido a la palabra especulación? ¿Cuántas hay vacías a la espera de un okupa que quiera tener su minuto de gloria en nuestro Diari?
¿Cuántas generaciones han de pasar para que se cree un anteproyecto que estudie un proyecto para que se pongan las bases de un estudio previo a la realización de un plan de emergencia habitacional?
Las ideas de bombero deberían ser exclusivas de ese gremio; nuestros políticos, todos a una, están usurpando su espacio ‘ideológico
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